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Whatever happened to my Interwebs?

Según la Wikipedia y el Proyecto Opte, así se vería la Internet.
Según la Wikipedia y el Proyecto Opte, así se vería la Internet.

El primero, o uno de los primeros posts de esta etapa irregular del blog, trató sobre el problema del control y la satanización de la piratería en la red. Hace dos años, me hubiera dedicado a predicar las maravillas de la web 2.0 y cómo el futuro del periodismo estaba en la participación ciudadana. Es más, a mediados del 2008 estaba buscando un planteamiento para una tesis de licenciatura en Comunicación que explote e innove en las herramientas de la Red (contaré lo que pasó con eso luego).  Los dos años anteriores, podría haber escrito párrafo tras párrafo sobre el futuro del blogueo, como si se tratara (y en el fondo lo es un poco) la reinvención de la imprenta. Y aún más atrás, muy probablemente era necesario explicar todavía la mecánica de los e-mails, el FTP, páginas de descargas, RealPlayer y MSN Messenger.

La conversación (hace casi nada que lo pensamos como una gran conversación) en Internet ha crecido en alcance de ser un tema reservado a los entendidos y los pocos aventureros que jugaban con las herramientas más superficiales, a ligarse a prácticamente cada aspecto de la actividad humana. En tanto podamos traducir y comunicar el mundo como información, vamos a poder usar la web como soporte. La relativa falta de reglas de juego ha ayudado a que esto ocurra, y los consecutivos intentos de controlarla han avispado a más de uno para mantenerla libre e independiente.

¿Qué ocurre hoy en Internet? De todo. Parafraseando a la Regla 34, que es otro fruto de la Red, si algo existe, está en Internet (y sí,  en algún lado hay porno sobre ello). Y es difícil encontrar un punto dónde fijar la atención estos días:

  • Tenemos la red social (hablando de todas juntas), que probablemente es lo más fuerte en este momento, además de por su capacidad de feedback, por sus posibilidades en relaciones públicas y márketing en tiempos donde los soportes físicos pierden más y más tribuna y los anunciantes no se conforman con un banner o un pop-up fácil de bloquear. Son plataformas ideales para la convergencia de media y de las primeras páginas que visitan muchos usuarios cada día.
  • Algunas empresas de software están más interesadas en implementar soluciones de cloud computing, para reducir la dependencia de los programas instalados y los archivos almacenados en cada terminal. Se me hace más conveniente tener cierta data en la nube en lugar de cargarla en memorias flash o conectar mi celular con un cable. Sin conectividad, es tiempo perdido.
  • Tenemos file sharing y derechos de autor para rato. Las personas clave deben tomar conciencia de que no hay una guerra entre las industrias culturales y las redes P2P. Se debe conciliar, modernizar, eliminar intermediarios y facilitar el acceso. Y por el otro lado, formar conciencia en el usuario de que al final del proceso tendremos que pagar de una manera u otra.
  • Medios tradicionales en la red. Arrastran consumidores de información que recién entran en contacto con la red a través de ellos. A la vez, se encuentran en un mundo que lleva sus años en el medio y tiene otros estándares de exigencia. Éste es un campo ideal para loscommunity managers, porque la comunidad está ya hecha, y hay que encaminarla. Para forjarlas, preferiría un enfoque de marketero.
  • Democracia y libertad de expresión en la red. La tenemos, y a veces demasiado y de forma inmerecida. El relativo anonimato parece tentar a muchos a ataques e insultos en las secciones de comentarios, redes sociales y blogs y, para colmo, ganarse el apoyo de otros. Ahora no lo sentimos, pero sin un uso responsable de las herramientas en línea vamos a obligar a poderes superiores a imponernos las restricciones. La moderación desde adentro puede ser la respuesta. Aprendamos de los foros.
  • Control y privacidad en la red. Que nadie se confíe y no se diga más de lo necesario. En épocas en que los cambios pueden ocurrir de la noche a la mañana y nadie se preocupa de verdad en leer los términos de uso, lo mejor es publicar información con prudencia. Eso también significa oportunidades para implementar garantías al usuario, un aspecto en el que sí sería positiva la intervención de los gobiernos.
  • En cuanto a las plataformas móviles, vemos que el desarrollo y la información le ganan a los proveedores de servicios de telecomunicaciones. Los países en desarrollo tienen muchos más teléfonos celulares que computadoras. Si tener conectividad deja de verse como un lujo (o sea, cuando se cansen de vender iPhones y Blackberries), y se abren servicios a equipos menos avanzados, se abren el mercado móvil y sus posibilidades a las grandes masas. La cosa sería que retribuyan de algún modo el costo de ello.
  • El correo electrónico. Junto al chat en su forma más básica, es uno de los modos más antiguos de tener comunicación bidireccional y un sobreviviente. Está centralizado en proveedores que te ofrecen servicios adicionales, como mensajería instantánea, grandes espacios de almacenamiento, aplicaciones, comunidades, etc. Es cada vez menos frecuente y mucho menos deseable tener un correo corporativo, limitado y con interfaces desactualizadas. Las empresas deberían optimizarlos o dejar de destinar recursos a sostener un mecanismo que parece más de control que de trabajo.
  • Introducción de la campaña política en Internet. Steve Jobs y Barack Obama (el candidato) compartían el fenómeno llamado Campo de Distorsión de la Realidad. Podían decir todas las historias vendedoras que quisieran y las comunidades en línea los seguirían. Desconozco el peso real que tendría una campaña con respaldo en la Red para las próximas elecciones. Su llegada a la fuerte presencia de periodistas en las redes sociales, y eventual filtración a cómo enfoquen su cobertura en los medios masivos, es su mayor fortaleza. El peligro es tener un candidato con CDR que luego no sea capaz de responder a las expectativas.
  • Y por último, pero no menos importante, la conexión a Internet. Para tener una red de prosumers, hay que facilitarles las cosas. Bastante trabajo ya es producir videos, editarlos, retocarlos un poco, tal vez tener que cambiarles el formato o musicalizarlos, como para tener que pasar por el calvario de subir un video de 10 minutos, con un total de 100MB, en 12 a 14 horas. Ni hablar si queremos subir algo en HD.

Eso es lo que tengo que comentar para el Día de Internet este año. En 4 días, 30º Aniversario de El Imperio Contraataca, y en 8, V Día del Orgullo Friki.

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